viernes, 15 de agosto de 2014

Siesta, sUeña y Restaurea


 
Y por fín, llegaron mis tan esperadas vacaciones de verano! Se veían tan lejanas hace un mes, pero todo llega! Parón estival a mitad de año para reponer fuerzas y energía para los últimos meses y en definitiva, para volver con más ganas a mi vida cotidiana.
 
 
 
 
 
 

Recargar las pilas es algo que cada uno de nosotros hacemos a nuestra muy personal manera: Los hay que buscan relax y tranquilidad para evadirse. Para otros en sinónimo  de fiestas y de exprimir al máximo cada segundo de cada día y otros aprovechan para iniciarse en nuevas actividades o aficiones…

 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 

Supongo que el cómo ocupemos nuestra vida diaria determinará qué haremos con todo ese tiempo libre que se presenta ante nosotros en forma de vacaciones.

 

Me encanta leer los blogs en esta época y ver como casi todos coinciden en lo que yo he querido llamar “los buenos propósitos veraniegos”: listas infinitas repletas de consejos e ideas variopintas para desconectar de la rutina diaria y hacer de nuestro periodo de vacaciones un tiempo agradable.

Así que, me uno a la comunidad bloguera en esto de los buenos propósitos para el verano y, aunque habrá por ahí muchísimos más, os recomiendo lo siguiente:

 

 

Siesta. Yo no sé vivir sin ella! Duermo siesta a mediodía siempre que puedo, ya sea invierno o verano. Y en vacaciones…siempre!
 
 
 
 
 
 
Cerrar los ojos alrededor de las tres de la tarde ( nunca antes de que termine el segundo capítulo de “Los Simpsons”), con un poco de aire acondicionado o ventilador, y un gracioso antifaz para que no me moleste la luz…y a dormir dos horas. Dicen por ahí los estudiosos ( yo soy solamente una aficionada), que la siesta reparadora de verdad no debe superar los cuarenta minutos de duración aproximadamente…Pero es que yo con cuarenta minutos de siesta no me entero de nada! Así que, que cada uno duerma cuanto quiera, que estamos de vacaciones!

 


Sueña. Y no, no me refiero a soñar mientras se hace la siesta.
 
 
 
 
Como decía más arriba, a veces es inevitable que las vacaciones se conviertan en un pequeño tiempo de reflexión y que acabemos echando un vistazo dentro de nosotros mismos. El hacer cosas diferentes esos días también nos ayuda a conocernos más, a imaginarnos de mil maneras, a fantasear con cosas nuevas, a soñar. Porque hay que soñar. Si soñamos, significa que tenemos un deseo y seguro que es más alcanzable de lo que admitimos. Ese deseo guiará nuestros pasos hasta donde queramos llegar, pero no olvidemos disfrutar del camino mientras el sueño se va convirtiendo en realidad.
 

 


Restaurear. No existe todavía esta palabra? Y foodie sí? Si este verbo no existe, lo inventamos ahora mismo. Hacer la siesta y soñar despiertos son actividades que provocan un gran apetito! Así que os propongo buscar esta, o cualquier otra excusa para salir por la ciudad en la que nos encontremos en los días de vacaciones, y descubrir esos sitios especiales para comer: uno que nos recomendó un amigo, otro del que leímos  buenas críticas en “Tryp Advisor” o aquel que apareció una noche en “Callejeros”. Solos ( sí, yo a veces como sola) o acompañados disfrutemos de la comida en estos días: de lo que siempre nos encanta y de lo nuevo con lo que vengan a sorprendernos.
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 

Y para quien se vea desbordado por tanta caloría, le pondremos una tarea extra de verano: buscar una actividad física placentera que le ayude a quemarlo todo...!

 

Desde el sur, os deseo a todos felices vacaciones de verano!

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario