domingo, 28 de junio de 2015

Azúcar? Sí, por favor!


No todos los días estamos al doscientos por cien. No todos los días somos la mejor versión de nosotros mismos. No todos los días terminamos el día con una satisfacción enorme por lo que hayamos conseguido. No todos los días vivimos ese día como si fuera el último, ni le sacamos todo el jugo a la  vida. Sin embargo, jugamos a que así es. Algunos lo llaman postureo, pero a mí me gusta llamarlo supervivencia.

Todo se contagia, los humanos somos así. Bien sea por envidia, por tendencia, por mero plagio o por un simple yo también!! Se contagia lo maravilloso si nos lo proponemos, y se contagia lo negativo si queremos. En este nuestro mundo de followers, haters, amigos e instagramers resulta más fácil que nunca desviar la mirada hacia lo bonito, lo dulce, lo amable. Y nunca fue menos difícil apartar nuestros ojos de aquello que es gris, enfermizo, problemático. Ya conocéis mi punto de vista sobre esto: ni todo al rojo, ni todo al negro. El maldito equilibrio que yo me empeño siempre en buscar por todas partes, incluso cuando voy a la pata coja.
 
 

Acabo de tener la sensación de que siempre os cuento algo similar, no? Me muero de la risa, siempre ando con lo mismo de que hago malabares con mil cosas en mi cabeza. Aunque me he dado cuenta también de que todos vamos un poco igual. Con algún día gris que se nos tropieza de vez en cuando, a saber por qué. Y yo estaba al acecho de que antes o después llegara de nuevo un día así a mi vida…para ahogarlo en un sitio genial.
 

Hola, me llamo una chica en el sur y me pierde el azúcar. Cada uno tiene sus propios remedios de andar por casa contra días grises, unos son más adaptativos  que otros, pero todos igual de efectivos a corto plazo.

Los azucareros y azucareras de la sala que me sigan hasta SuitCake. Una pastelería tan vintage, tan bonita, tan me deja sin palabras que tengo que recurrir a lo de una imagen vale más de mil palabras:
 





 

 

 

Es pequeña, pero preciosa en todo su conjunto. Un sitio donde el detalle de cada pieza está cuidado hasta el final y donde no tienes la sensación de estar zampando por zampar, sino una muy diferente de estar ante algo muy muy especial.
 



 

 
 
 
 

 

 

Red velvet?
 
 

 

 

Carrot Cake?
 
 

 

Una palmera de chocolate blanco???
 

 
 



 

 

¿Sería el efecto de estar sentada en un sitio tan bonito con una banda sonora genial? ¿Sería la palmera de chocolate blanco? ¿Sería el efecto de la glucosa en mi sangre? ¿Sería la sensación de estar saltándome algunas normas? Fue todo a la vez. Me iban a tocar sesiones extras de running, pero como decía la Hepburn ( Katherine, no Audrey. No me imagino a Audrey diciendo esto): Si obedeces todas las reglas, te pierdes toda la diversión.



SuitCake Tartas de autor
Calle Pdte. Cárdenas, 10, 41013 Sevilla
657 89 39 38
 

domingo, 21 de junio de 2015

Y a la tercera...Burguett


Mi madre suele decirme que todo llega. Suele decírmelo cuando le cuento que estoy ahí, insistiendo con algo y que no hay manera. Yo pienso que es una frase cualquiera, una de tantas que en su papel de madre tiene preparadas para cuando aparezco yo con alguna historia de las mías. Y siempre pienso, “esta vez no vas a tener razón!” . Y siempre suelo volver al tiempo a decirle que sí. A decirle que aquello, que a veces es enorme, a veces es de esas cosas que marcan un antes y un después, y otras veces es la cosa más simple del mundo, finalmente ocurrió. Y de eso va esta historia de hoy. De seguir insistiendo hasta el final: desde la persona que os guste hasta la hamburguesa que queráis zamparos. Hasta el final con todo.


M y yo, tras muchos suspiros y dos intentos fallidos, atribuidos a  causas municipales, cósmicas y otras que se escapan al control humano, de zamparnos un par de las tan comentadas hamburguesas de Burguett,  volvimos a la carga una tercera vez y…LO CONSEGUIMOS!!!  Estuvimos cenando en Burguett!!! Nuestra ruta de la hamburguesa por Sevilla continúa!!! Y para muestra de tal felicidad, una imagen:
 
 

 
 

 

Se trata de una hamburguesería gourmet situada en la calle Albareda, con fachada hipster de enormes ventanales y con una estética minimalista-industrial para llenar la cuenta de IG de fotazas geniales. Las que consiguen que vuelvas a la realidad y  que nadie se distraiga demasiado, son las verdaderas protagonistas del local. Ellas.
 
 







 







 
 

 

 

La carta es lo suficientemente extensa como para que hiciéramos desesperar un poco al camarero/a de turno, ya que elegir no es tarea fácil. También se pueden elegir entrantes, sándwiches y postres…. Pero seamos serios, aquí a que hemos venido???

 

A por una boloñesa y una cabra…
 





 

 

 

 

…que escondía una sorpresa especial…
 

 

 

 

Si todavía no habéis probado una hamburguesa con un huevo frito dentro no tardéis mucho, el mundo ya no volverá a ser el mismo después de esa experiencia!

 

Acabamos la cena con la sensación de una misión-sueño cumplido. Lo bueno se había hecho esperar, como todo lo que merece la pena!! Y ya sabéis el final de la historia, no dejéis nunca de intentar aquello que estéis intentando.