domingo, 25 de septiembre de 2016

Cardamomo

En Sevilla, hay tres cosas que no se deben hacer ( ya sabéis, realmente pueden hacerse si le echáis valor, pero posiblemente se os mire de una forma extraña o recibáis algún improperio), a saber: comer solo o sola en un bar o restaurante, comer mientras vas andando por la calle y cruzar por en medio de una fila de nazarenos en Semana Santa para pasar al otro lado de la calle…

He de confesar que de esta peculiar lista de cosas para no hacer ( o para sí hacer, a veces la necesidad manda) tenía pendiente llevar una de ellas a cabo.

No era cruzar por en medio de una fila de nazarenos en Semana Santa, eso lo hago cada año, desde 1992. Y no por maldad. Tampoco por no respetar. Es por la mera necesidad que tiene todo ser  humano de desplazarse de un sitio a otro!  En mi defensa diré que nunca lo he hecho en el tramo de la Carrera Oficial…

Tampoco era comer mientras vas andando por la calle. Solía hacerlo a menudo hace unos años. Era una época en la que en el trabajo en el que estaba no tenía  tiempo para parar y bajar a desayunar. Además tenía que aparcar lejos de la oficina y gastaba un tiempo precioso en llegar andando. Así que en ese ratito me iba comiendo el sandwich que me había preparado en casa. Algunos padres/madres/abuel@s que a esas horas llevaban a sus niños al cole se quedaban mirándome ( igual tenían hambre…), y una “amiga” llegó a decirme en una ocasión que  si yo me creía que Sevilla era Nueva York, que aquí la gente se iba a un bar a desayunar…

Pero yo no me achanto y he seguido con mi lista. Y he hecho lo impensable, he llegado hasta el final…

La semana pasada volvimos a tener en Sevilla un tiempo espectacular. Otra vez calor y cielos azules, y estuve paseando por la zona de la Alameda de Hércules, la zona antes bohemia y ahora hipster de Sevilla.




Y cuando se acercó la hora de la merienda recordé que tenía pendiente ir a probar las tartas de un pequeño lugar muy especial del que me habían hablado hace un tiempo: Cardamomo.
Se trata de una pequeña pastelería en la calle Lumbreras, toda pintada de blanco, con unas pocas mesas y un mueble antiguo haciendo de barra de bar.










Todo es vegano en Cardamomo. No utilizan ni leche, ni huevos, ni siquiera harina de trigo para elaborar sus tartas. No hay sitio para las alergias aquí, todo lo que hay a la vista se puede comer sin temor, y repetir y repetir.


Yo vine a por la tarta de zanahoria. Que junto con la de calabaza y la famosa sacher de chocolate son mis favoritas en el mundo entero! Siempre suelo quejarme de que las tartas de zanahoria que suelo probar por ahí incluyen una cobertura azucarada y empalagosa que me acaban endulzando hasta decir no puedo acabármelo todo.






Pero la tarta de zanahoria de Cardamomo es tan especial que tiene una cobertura de chocolate negro que lo cambia todo. Ha sido la primera vez que tomo la tarta de zanahoria cubierta de chocolate, y la mezcla de sabores unido al hecho de que todos los ingredientes fueran tan sanos dió como resultado un sabor espectacular.









Para acompañar, café con leche de almendras. Yo soy más de tomar leche de avena, pero me lancé a probar ésta y el sabor me sorprendió bastante, y me acabó gustando.

Y lo más importante, en Cardamomo hay cierto rollo de filosofía slow life. Las prisas se quedan en la calle, las tartas se saborean tranquilamente, el tiempo pasa más despacio… Y allí sentada mirando a mi alrededor me dí cuenta de que poco importa realmente estar sola o acompañada, lo importante siempre será estar.



Cardamomo
c/ Lumbreras, 4
Sevilla - 41004
Tlf 633 37 22 99

sábado, 17 de septiembre de 2016

Fuji




Antes de que se acabe oficialmente el verano, y de que empiece a verse raro que aún aparezca en las fotos del blog con un vestido de tirantes, tenía que contaros la última foodie aventura de mis vacaciones.

A mi tío y a mí nos encanta recomendarnos foodie lugares mutuamente. Así que cuando él viene a Sevilla yo me encargo de enseñarle sitios nuevos donde ir a zampar rico ( y que a poder ser tengan coulant de chocolate en la carta de postres) y él estaba deseando que yo estuviera en Las Palmas para traerme aquí.



Al primer restaurante japonés que abrió en la ciudad hace ya algunas décadas. Mucho antes de que el sushi y la tempura se pudieran súper de moda, y mucho antes de que este tipo de comida se volviera ultra chic, abrió sus puertas en Las Palmas el pequeño restaurante Fuji. Un pequeño hogar japonés en medio de una ciudad canaria.




Durante un tiempo, su única clientela fue la comunidad japonesa que residía en la isla o que la visitaba, pero con el tiempo, y con el buen hacer de su personal, fueron conquistando a todos y haciéndose un hueco en la oferta gastronómica de la ciudad.







Yo llevaba toda esa mañana recorriendo la ciudad, haciendo fotos y reencontrándome con lugares a los que solía ir con mis padres cuando vivíamos allí, y llegué a Fuji absolutamente hambrienta, donde mi tío me esperaba para dar buena cuenta de la carta.






Para ir haciendo boca, sashimi de atún



Y esta soy yo aprendiendo a utilizar los palillos, por fín!!!! Todo un logro del que estoy muy orgullosa!



Para empezar, sopa miso.



Porque ya no pasa un solo día sin que yo coma algo verde!! Y esta sopa miso estaba súper rica y sabrosa.



Niguiris de salmón y de atún rojo





No todo es sushi! Y hay que explorar siempre otros sabores! Y esta elección no pudo estar más rica!








Atún teriyaki





Atún especiado y asado, con una salsa contundente, y tierno, muy tierno.


Y para acabar la comida por todo lo alto, el postre:



Coulant de chocolate ( qué si no?? Jaja) y para mí yogur con miel de palma.







Era la primera vez que probaba la miel de palma, y eso que donde yo vivo la proliferación de palmas salvajes es elevada. Y os tengo que contar que es mucho más suave que la miel de azahar, mucho menos dulce y menos pesada cuando la mezclas con algo lácteo como el yogur. Me conquistó completamente!


Mi aventura canaria se terminaba y al día siguiente puse rumbo a Sevilla, de vuelta a la realidad. Y de vuelta a un montón de nuevas foodie lugares que descubrir. ¡Nos leeremos pronto!



Restaurante Fuji
 Calle de Fernando Guanarteme, 56, 35010 Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas