domingo, 21 de agosto de 2016

Doscientos gramos


Dicen por ahí que no se puede volver al lugar donde fuimos felices. Pero a veces, gusta intentarlo un poco al menos.

Habitualmente cuando viajo suelo querer visitar ciudades extranjeras grandes, porque me encantan, suelen recordarme a alguna película que haya visto, llaman mi atención, pero sobre todo para asegurarme de que mi desconexión con mi día a día sevillano habitual será total y absoluta. Pero este año he echado el freno a mis viajes europeos y americanos, y he vuelto a casa.

Porque como os dije en el primer post de mi blog, en el primerísimo de todos ( ¿quién se acuerda ya?!!), yo no soy de Sevilla. Llevaré más de veinte años aquí y habré ído atesorando en todo este tiempo mil y un arquetipos y estereotipos que hagan por mí como que me camuflo con y en esta ciudad, pero como cantaba la Stefan: ….la tierra te empuja de raíz y cal, la tierra suspira si no te ves más… Y casi diez años después de haber estado recorriendo otras partes del mundo, puse rumbo a Gran Canaria.

Dunas, cumbre, playas de infarto, desiertos volcánicos, bosque… se podría decir que lo tenemos todo. Y todo concentrado en una isla redondita de unos apenas 50 kilómetros de diámetro. Estamos acostumbrados, como pasa siempre en las islas, a aprovechar muy bien cada centímetro, en todos los aspectos, y en el comer también!
 
 
 
 

Estando aún en Sevilla ya le tenía echado el ojo a un sitio muy especial situado en la ciudad de Las Palmas. Y es que este auge de los foodies lugares, de convertir lo de siempre en algo único y especial, es una ola que surca el mundo entero, da igual donde estés. Y me parece maravilloso.

200 gramos es maravilloso.
 













 
 
 

Una hamburguesería reinventada en deluxe, llena de gente joven, donde los sillones tapizados se mezclan con las mesas de madera grandes para compartir con esa otra gente, que a lo mejor aún no conoces, pero con la que tienes en común el amor por la carne picada.


 
 
 

Además de la variedad de hamburguesas, la carta de 200 gramos también ofrece un surtido bastante divertido de cocktails, sangrías, limonadas y zumos. Aunque a veces es difícil bajarse del tándem agua y cerveza, sobre todo cuando además la cerveza es esta!
 

 

 

Y…..aquí llegan!
 
 

 

Con un montón de queso. Con verduritas asadas para mí y con patatas para M.
 





 
 
 

 

Nosotros tenemos en nuestra cabeza que la mejor hamburguesa de nuestras vidas nos la comimos hace cinco años en nuestro primer viaje a N.Y., en el sitio pequeñito y escondido dentro de un hotel… Hasta que le dimos el primer mordisco a ésta! El pan? La carne? Las especies? Todo??!!

 

Fue genial descubrir por fín, en carne y hueso, a 200gramos. Foodie sueño cumplido para mí, y lección aprendida de todo lo nuevo que puedes encontrar cuando decides volver a casa.
 
 
200 gramos
c/ Ruiz de Alda, 26, 35007 Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas
 
 

domingo, 14 de agosto de 2016

The Horseshoe


….Que no estaba muerta, que estaba tomando cañas….

Os he echado de menos. ¡Igual vosotros a mí también! Pero necesitaba este paréntesis de inactividad bloguera, y pensé que el verano podría ser un buen momento para recargar las pilas…y el estómago!

No he parado de hacer cosas en todas estas semanas que no habéis sabido nada de mí, y hasta he salido fuera de Sevilla! A un par de sitios especiales para mí. Sitios que ya conozco más que de sobra, pero a los que nunca me cansaría de volver y que forman parte de mi pequeño mundo personal.

 

Mientras decido que fecha será la más idónea para hacer mi próximo viaje a Inglaterra, y hasta que me lance a comprar el billete, me apetecía un poco de UK sin tener que coger aviones. Así que M y yo nos montamos en  el coche y nos echamos a la carretera. Casi tres horas después llegamos a nuestro querido y a la misma vez  polémico Gibraltar. En plena resaca post-Brexit y con la libra un poco más baja de su valor habitual, M y yo cruzamos la frontera a pie tras aguardar una pequeña cola para la aduana y la documentación, nos subimos a uno de esos autobuses rojos de dos plantas que tanto nos gustan y nos adentramos en esa pequeña ciudad que es Gibraltar, a la que vemos más grande cada vez que vamos. 
 


 

#Gibraltarmeanschocolateandsweets, fue uno de los hashtags que utilicé aquel día para alguna foto que subí a mi cuenta de Instagram porque es que no puede ser más verdad. Realmente, cada visita que hago a Gibraltar gira en torno a que a última hora de la tarde, cuando decida regresar, habrá una parada obligatoria en el hipermercado Morrison’s para surtirme de smarties, de Vitamin Water con sabor a pitaya, de coleslaw, de  pastel de ruibarbo ( que esta vez no tenían…) y de chocolate Cadbury en sus sabores y variedades más locas… Porque no siempre soy buena, y porque entre toda la comida sana que tomo diariamente tienen cabida algunos trozos de chocolate.

Pero como os digo, Morrison’s queda para el final. Por no cargar durante todo el día con las bolsas de las compras, y por inteligencia principalmente ya que si fuera la primera parada, os puedo asegurar que empezaría a comer dulces allí mismo y no descubriría ningún foodie lugar para contaros. ¡Y no queremos eso!

Alguien que se sentó cerca de mí en ese autobús rojo de dos plantas que transporta a la gente desde la frontera hasta Gibraltar le mencionaba a su acompañante que tenían que estar de vuelta en La Línea de la Concepción para la hora de comer, porque ahí dentro se come fatal…

Amigo desconocido del autobús rojo, haga usted lo que le plazca, faltaría más. Pero ahí dentro no se come fatal. Puede comer igual de bien o igual de mal que en cualquier otra parte del mundo, pero nunca fatal. Comerá usted comida y platos ingleses, y no serán fatales. Serán diferentes a lo que se acostumbre por donde usted viva, y explorar nunca ha sido una fatalidad. Y para muestra, The Horseshoe.
 


 
 

 

La auténtica tasca, inglesa por supuesto. El equivalente en Sevilla al típico bar con el interior forrado de azulejos, la barra donde el camarero te apunta la cuenta con tiza y donde el olor a gambas frescas y a fritura de la cocina lo invade todo. Así que todo apuntaba a que estaba en el lugar correcto! Sólo que aquí no hay azulejos sino madera, y  a las gambas, el jamón y el queso se las sustituyen por otros manjares:
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 



 

Desayuno Inglés para M
 
 
 
 

 

Con salchichas, huevo, beans…. Porque cualquier hora es buena para desayunar, y más si trata de un auténtico desayuno inglés como este.

 

Quiche de espinacas para mí
 


 
 
 

 
 

 

Con patata asada, a la cual vestí con mayonesa y ensalada para acompañar. Aunque había un montón más para elegir: Brown sauce, mostaza, tártara… pero para mí las patatas con mayonesa tienen algo especial, y no quise resistirme!

Y ahora sí…ahora vayamos a por chocolaaaaateeeee….
 
 
 

 

 

 

….. y a por el resto de provisiones, que el camino de vuelta a Sevilla  es largo y estamos de vacaciones. Concedámonos todos algunos caprichos!
 
 
 
 

 

The Horseshoe

164 Main St, Gibraltar GX11 1AA

Gibraltar