domingo, 26 de julio de 2015

Recuerdos de un helado de plátano


¿Cómo ha ído vuestra semana? La mía pegajosa cual chicle. Mitad por el calor, mitad porque me da la sensación de que Julio no se quiera ir nunca. De poco sirve que me repita a mi misma como un mantra que un día tiene veinticuatro horas y ni una más, aunque la sensación sea de justo el doble, que tardan en discurrir y pasar justamente eso, veinticuatro horas. Qué diferencia con la yo de hace un año, que nunca tenía tiempo para nada. Ahora tampoco es que me sobre, sólo que son tiempos organizados de una manera diferente.

La tarde que fuimos a tomar limonada&dulces a Ofelia Bakery dio mucho de sí. Dando vueltas por el centro de Sevilla, a M y a mí se nos hizo la hora de cenar ( la española no la de los guiris que ves a las ocho de la tarde sentados en cualquier terraza con “la fresquita” zampándose la cazuela de pulpo a la gallega, y sin sudar oiga) y al llegar a la esquina de la calle José Gestoso con Javier Lasso de la Vega, nos encontramos con unos ventanales muy muy hipsters que nos pedían a gritos entrar.


 

La Pepona, que así se llama, es un foodie sitio para tapear con estilo. Con una carta suculenta, llena de pequeñas comidas sencillamente espectaculares, donde lo de siempre se ha reconvertido en algo moderno, como le ha sucedido a todo lo que nos rodea en estos tiempos tan hispters o millennials o lo que sea que corren.
 
 


 




 

M se acercó a mi y me dijo bajito al oído:

-          ¿De que conocemos al chico que está al fondo de la barra?

Estaba tardando en pasar. ¿Ya habíamos estado allí y no nos habíamos dado cuenta? ¿Ya habíamos empezado a mezclar y repetir todos los recuerdos de los sitios a los que vamos a comer?

-          No le conocemos de nada – Le dije.

-          Te digo que sí, que su cara me suena mucho. A ese tío lo conocemos.

Me suelo picar con una mosca que pase, y como me entregase en aquel momento a la causa de buscar en mi memoria a largo plazo, almacén por almacén, no pido nada para comer y no hubiera tenido entrada que escribiros, y no queremos eso. Así que aparqué la cuestión.
 

Puntillitas, croquetas, champiñones y esas cositas ricas.
 

 

A los pocos minutos, un camarero nos trajo una tapa fuera de lo que habíamos pedido, de esas para que vayas haciendo boca mientras esperas. Unas tostas con sardinas maceradas muy ricas. Que hasta ha ganado algún premio y todo.
 
 
 
 

Y en ese momento el buscador se detuvo. En el almacén de memoria a largo plazo nº treinta y dos, sección cuatro, estantería cinco. Lo había encontrado. Me acerqué a M y le dije bajito:

-          Treinta de Abril de 2012, de eso conocemos a esa persona

-          ¿Qué pasó?

-          Pediste la noche libre en el trabajo y salimos a cenar a un restaurante que estaba detrás de mi antigua oficina.

Y nos miramos, M se acordaba, y los dos pensamos lo mismo: había sido la noche del helado de plátano.

Las puntillitas deliciosas, no podía parar de rebañar la bandejita. Sabían literalmente a mar.
 

 

Las croquetas, que nos las pedimos también para compartir, eran de berza gaditana y llevaban todos los havíos que deben llevar unas buenas croquetas caseras de puchero.

 

Las setas a la crema de huevo ecológico y papada a baja temperatura, lo probé porque ya no podía comer nada más. Intensas pero ricas. M dio buena cuentas ellas.

 

Con el estómago lleno es más fácil pensar aquello de “from lost to the river” y echarle valor, no vaya a ser que la memoria realmente esté fallando y patines, y decirle al chico del fondo de la barra:

-Te conocemos de una noche que estuvimos cenando en Binomio, en 2012.

Y el chico, Juanlu que así se llama, se sorprendió. Y nos preguntó que como era que nos acordábamos todavía, y de una sola cena! Y se lo contamos, mejor dicho, se lo recordamos:

-          Aquella noche nos pedimos un postre que llevaba helado de plátano. Se os había acabado y saliste volando personalmente a comprarlo.

Los detalles, como él mismo nos respondería, son lo más bonito, lo que recordarás por mucho tiempo que pase.

Por aquellos entonces no existía este mi blog. Pero tengo una foto, que demuestra que esta chica en el sur ya apuntaba maneras! Aquí os la dejo:
 
 
 
 
 
 

 

 

La Pepona

Calle Javier Lasso de la Vega, 1, 41002 Sevilla

Teléfono:954 21 50 26

 

 

domingo, 19 de julio de 2015

Una tarde con Ofelia


Este año, un año más, me ha tocado eso de pasar el verano en la ciudad. Tiene gracia que en invierno la gente utilice la expresión de “crudo invierno” para referirse al frío polar de esos lugares lejanos del norte del mundo, ¡y que nadie diga “crudo verano” para referirse al calor que soportamos nosotros en Sevilla!

A lo mejor soy yo, que me hago mayor. Porque me sorprendo a mí misma pensando cosas como: yo hace años soportaba estas olas de calor muy bien. O a lo mejor es el cambio climático, que va a ser verdad que era verdad, y que de eso de que dentro de ochenta años se notará, nada de nada. Que va a ser que ya se ha colado entre nosotros…Una verdad incómoda que diría Al Gore, y mi amigo Jorge.

Hace unos días me pararon por la calle unas gentes de la tele ( Oh dios mío, mis cinco segundos de gloria televisiva y yo con estos pelos!)  para preguntarme cómo iba sobrellevando el verano. Y le tuve que responder la verdad, por poco atractiva que pareciera y arriesgándome a que no me seleccionaran a la hora de hacer el montaje final, que esto es lo que hay  en Sevilla en verano desde que tengo uso de razón, que hay que seguir con la vida diaria. ¡A ver! Si la gente sale en Oslo a la calle un día cualquiera de Enero, no voy a quedarme yo en casa por unos cuarenta grados de nada, no?

Vagar por tu ciudad, pudiendo aparcar fácilmente, y descubrir esos lugares para ir a comer que normalmente suelen estar abarrotados, o esas ideas manidas de las revistas de moda para consolar a las lectoras que no van a ninguna parte en verano, son las cosas que precisamente estoy haciendo yo. Y así fue como conocí a Ofelia.
 
 
 

Pequeña, luminosa, y dulce.




 

 

Ofelia Bakery es una pastelería encantadora situada en la Cuesta del Rosario.
 


 

 

Sus dulces, caseros y de esos que vuelan y se acaban desde que salen al escenario, son una delicia.

 

M y yo tomamos una limonada muy fresquita
 
 
 
 

 

 

Él un cupcake red velvet
 
 
 
 

 

(¿Sabíais que en sus orígenes, el rojo del red velvet se conseguía a base de remolacha? Y otras cosas que nos contaron en Ofelia Bakery)
 



 
 
 
 
 

 

Y yo tuve muy claro lo que quería cuando vi esta tarta de chocolate y melocotón!!!!
 


 

 

Un trozo para mí por favor!!!
 
 

 

Me encantó el detalle de la mesa grande para compartir con todo el mundo. Tengo que volver en invierno, con Sevilla más llena de gente. Seguro que en Navidad esta pequeña pastelería estará preciosa!

 
A los que me lean desde playas o sitios más frescos, decirles que son unos suertudos y suertudas!! A los que me lean desde cualquiera de las escuelas de calor que están repartidas por el mundo, ánimo, cubitos de hielo, helados, ¡ y cualquier otra cosa que se os ocurra!

 
 

domingo, 12 de julio de 2015

Amanece y algo más


Todos los que me seguís también a través de Instagram ya sabéis que últimamente ando a la caza y captura de un color de pelo más oscuro, más como el mío de verdad. Oooohhh! No, nunca he sido realmente ni rubia como me conocisteis al inicio de mis tiempos blogueros, ni pelirroja como estos meses atrás. Yo soy una browned-hair-girl de toda la vida, que ahora busca volver a los orígenes. Esto de los colores es complicado, y a veces una chica tiene que plantarse y decirle a su peluquera: oscuro, ¡que apenas se aclare con nada!. Y dicho y hecho. Yo soy así.

Hechas las presentaciones capilares, vamos a lo que de verdad nos atañe. La comida!!

Mi pelo nuevo, M y yo nos marchamos aquella noche a cenar a un lugar que, al menos yo, hacía tiempo que no pisaba. Reconozco que con esto del blog a la misma vez que descubro sitios increíbles para comer a los que nunca había ído antes, voy dejando atrás otros. Y ya ha habido más de un amigo que me ha pedido que escriba de vez en cuando también acerca de esos sitios que a lo mejor tenemos al lado de casa, que a lo mejor están más alejados del centro de Sevilla, en los que la comida se puede coger y comer con las manos y los platos vienen a rebosar. No se si me lo habré tomado realmente al pié de la letra, pero ya sabéis que soy una niña obediente:





 

Amanecer Country Mex es una cadena de restaurantes mejicanos, de esas que podríamos decir que llevan en Sevilla desde casi siempre. Y este en concreto, el restaurante situado en la Avda de la Borbolla, es para mí el más personal, acogedor y bonito. Perfecto seas quien seas, seas familia, seas pareja, seas tú solo o sola o seas pandilla!
 




 

 

¡No sé por qué no voy más a menudo a comer a restaurante mejicanos! La comida mejicana tiene algo que no tienen la gran mayoría de las demás, es divertida, es explosiva, es para comer con las manos y chuparte los dedos literalmente…! Tengo que salir más a menudo del círculo de foodie-lugares en el que ando siempre metida!

¡Vamos a empezar por unos nachos!
 

 

Caseros, con mogollón de queso y salsa. Seguro que los queréis probar!
 
 
 
 
 
 

 

M pidió una torta bacon
 

 

Y yo fui feliz con un taco ( ya que estábamos!) con el curioso nombre de sincronizada gold
 
 

 

Relleno de guacamole, entre otras cosas, y es que yo  con los aguacates pierdo el “sentío”.
 
 

 

Normalmente, os tengo acostumbrados a que mis cenas se acaben aquí. Me despido intentando que suene bonito y hasta la semana que viene. Pero aquella noche M y yo necesitábamos hacer algo diferente, era una de esas noches en las que no te quieres ir a casa, quieres que la noche del sábado se haga eterna, y la intentas estirar un poco más con excusas de cualquier tipo. Cómo parar a tomar un helado…

 

Si vuestra vuelta por Sevilla os ha llevado hasta el barrio de Nervión, como a mí, la parada en la heladería Torres es sí o sí!!
 




 

 

Son ese tipo de helado, que parece que han triturado el ingrediente que sea y le han añadido luego el frio, y no al contrario, que lo siento pero no me gusta.

 
 

 

Un fresa y plátano, de toda la vida, rico riquísimo!!
 


 

 

Y ahora sí, me despido. Dulces noches de verano para tod@s!
 
 
Restaurante Amanecer Country-Mex  95 554 15 04 - Avda. de la Borbolla, 75., Sevilla - 41013
Heladería Torres: Av. Eduardo Dato, 24, 41005 Sevilla 954 09 66 54