miércoles, 14 de mayo de 2014

Un Lemon Cake como los de los Starbucks (Yankis)



 

Recuerdo leer una entrevista que le hicieron a  la actriz Christina Ricci, allá por el año 2000 cuando posiblemente se encontraba promocionando "Sleppy Hollow", en la cual le preguntaban qué le parecía la comida europea. Ricci respondió que le encantaban los típicos establecimientos fast-food americanos y que en concreto había comprobado con horror como las hamburguesas de los McDonalds en Europa tenían ingredientes y un sabor completamente diferente al que tenían en Estados Unidos.

 

Queriendo ir un poco más allá de lo que parecía a todas luces la respuesta caprichosilla de una actriz de moda en ese momento ( a saber si era de verdad o si era una pose por temas de marketing, por eso nunca hago demasiado caso a estas cosas) , me invadió una gran curiosidad! Por todas partes nos hacían creer que las franquicias en general eran clónicas las unas de las otras en absolutamente todo, pero realmente era así? Vendería exactamente la misma ropa un Zara de Sevilla que un Zara  de Tokio? ¿Un BigMac tendría el mismo igual en Dakota del Sur que en Liverpool? Sí, lo sé. No son cuestiones de  vida o muerte, jeje. Pero me prometí a mí misma que cuando pudiera viajar comprobaría todo eso.

 
¿Qué era lo peor que podía pasar, por ejemplo, en el tema comida? ¿Que me diera cuenta de que la misma comida en otro país era más sabrosa y más apetitosa que cuando me la como en el mío? O todo lo contrario? No, lo peor es  encontrar algo que te haga perder la cabez y  que en el país donde vives no existe...

 
Ya os he hablado de mi adicción a los Starbucks. Así que la primera que  fuí de viaje con mi familia a Estados Unidos visité casi todos los que me encontré a mi paso. El hecho en cuestión sucedió una tarde, cuando cansados y con frío depués de un paseo por el puente de Brooklyn encontramos un pequeño Starbucks ( no se me olvidará nunca que era un local que  no tenía ni W.C.) en la zona del City Hall. Aparentemente todo era igual que en los Starbucks que ya conocía con los mismos colores y el  mismo mobiliario, pero cuando me acerqué al refrigerador de los dulces...lo ví:

Trozos de bizcocho jugoso  de un color amarillo intenso, con una capa de glaseado blanco por encima. Su sabor? Fuerte,  dulce,  intenso… todo a la vez, difícil de describir realmente ( estoy escribiendo esto y recordándolo y se me hace la boca agua).

 Los Lemon Cake de los Starbucks yanquis se quedaron allí y yo regresé, una dura separación…Hasta que después de muchos intentos fallidos en la cocina, conseguí plagiar esta delicia  desde la otra parte del mundo. Ahora puedo prepararlo tantas veces como quiera y os aseguro que su sabor me hace “teletransportarme” a la gran manzana sin moverme de casa.

Necesitamos lo siguiente:

Para el bizcocho:

4 huevos

200 gr de harina de repostería

1 sobre de lavadura

1 pizca de bicarbonato

150 gr de mantequilla sin sal

 La ralladura de un limón.
Y para el glaseado, el zumo  de dos limones y 150 gr de azúcar glas ( aunque la cantidad de azúcar glas la podeis variar dependiendo de como queráis que sea el resultado final).



 Comezamos engrasando un molde rectangular ( yo siempre os recomendaré los de silicona) con mantequilla y precalentado el horno a 180 grados.

Luego prepararamos toda la masa mezclando uno a uno los ingredientes:
 


 

 

La harina, el azúcar y el bicarbonato y la levadura

 

 
Los huevos



 

Y luego a mantequilla y la ralladura de los limones.
 
 

 

Os dejo a vuestra elección hacer todo esto a mano o con robot de cocina/ batidora, lo que queráis.




 

Verter toda la mezcla en el molde y meter en el horno.

 


Aproximadamente unos 35 minutos después ya debería estar listo ( no olvidéis pincharlo y comprobar si la varilla sale completamente limpia) y lo sacaremos del horno.

 


Mientras se enfría un poco, vamos a ir preparando el glaseado, mezclando el zumo de los dos limones que hemos exprimido y el azúcar glas.
 

 

Esta mezcla la vamos a verter por encima del bizcocho, y llegados a este punto podemos seguir dos caminos:

Con las cantidades de zumo de limón y azúcar glas que os he dado el bizcocho absorberá inmediatamente todo el líquido y cuando se enfríe y lo vayamos a comer tendremos un bizcocho muuuuy jugoso con sabor a limón. Pero si lo que quereis es que se os quede una capa crujiente de glaseado por encima, añadir más azúcar glas, 200 gr más o menos. Y no modifiqueis la cantidad de zumo de limón.

 

Yo opté por la primera opción esta vez , metí el bizcocho en el frigorífico y al cabo de unas horas….

 


 

 

Listo para comer!

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