viernes, 18 de abril de 2014

Semana Santa en Sevilla


Sevilla vive para y por la Semana Santa. Después de todos estos años aquí, os puedo incluso decir que la Semana Santa sevillana nunca desaparece del todo el resto del año: Es fácil que una mañana de verano, al doblar cualquier esquina de las calles del centro, nos sorprenda un intenso olor a incienso quemándose. Y  también, que cualquier tarde de otoño, si nos alejamos un poco y recorremos la periferia de la ciudad, sonidos de cornetas y tambores nos anuncien que las bandas de música están haciendo ya sus ensayos.

 

Las Hermandades religiosas de Sevilla , la mayoría de ellas fundadas hace algunos siglos, son las que hacen posible la puesta en escena en la calle de las imágenes de Cristos, Vírgenes y misterios, a través de las cuales, y día tras día, van contando sin palabras como acontecieron los hechos que llevaron a Jesús a ser crucificado y su posterior resurrección ,(Estoy segura de que los que no me leáis desde aquí, conoceréis de oídas a las más importantes: La Macarena, El Silencio o La Esperanza de Triana por nombrar algunas). Explicado así, puede sonar a una Semana Santa muy vinculada a lo religioso, a lo fúnebre, al dolor…
 


 

…Es difícil explicar lo que ocurre en Sevilla con la Semana Santa pero, nada más allá de la realidad, la gente de Sevilla es realmente felíz estos días:  se nota en sus miradas, en sus sonrisas, en como se visten y como aglomeran las calles. La Semana Santa hace mucho tiempo que tomó un matiz social tan importante, que incluso ha acabado superando, si se me permite decirlo, al religioso. Son días para compartir emociones con los compañeros de Hermandad, con la familia o con los amigos. Y tengo que admitir llegados a este punto, que a Sevilla, en lo que se refiere a vivir emociones a lo grande, no le gana nadie.
 


 

La zona del centro de la ciudad se blinda para el tráfico durante esos días para que por las calles principales como  Plaza de la Campana, Sierpes y Constitución discurra lo que aquí se llama la Carrera Oficial: un recorrido obligatorio que tiene que hacer cada Hermandad y para el cual se reservan sus mejores marchas procesionales y mejores movimientos. El centro se llena de mujeres de rigurosa mantilla negra, de nazarenos portando cirios o cruces llevando a cabo su penitencia, de capataces sacando lo mejor de sus costaleros y… de música. Porque son las bandas de música, tanto las de cornetas y tambores que acompañan a los pasos de los Cristos, como las bandas “finas” que acompañan a las vírgenes, las que aportan la gran majestuosidad y solemnidad que caracterizan a la Semana Santa sevillana.




 
 
 

El transcurrir de un paso, con un cristo crucificado o virgen portado por hombres sobre sus propios costados, arranca en muchas ocasiones lágrimas, piropos o alguna que otra saeta desde un balcón a aquellos que esperan nerviosos contemplar de cerca la venerada imagen de la que son fieles.
 
 

 

 

Este año he pasado la tarde del Jueves Santo en el centro de Sevilla, o lo que equivale a decir que he estado en el ojo del huracán, un poquito más adelante os explico por qué.
 
 
Aguantando el tipo bajo un sol de justicia y  vestida de negro, como manda la norma para este día.

 

 

Zona Encarnación – Las Setas. Hermandad de Los Negritos.
 
 

 
 
 
 


 

Con mamá
 

 

M y yo
 
 
 

 

 

 

 

Todo esto con calzado cómodo, por supuesto, un consejo que os doy a todos los que no queráis abandonar nada más llegar con un gran dolor de pies!
 
 

 

 

 

Sin duda, esperar a pie quieto a que pase una cofradía puede llegar a ser bastante cansado, por eso lo mejor es ir paseando de vez en cuando y dirigirnos a otra punto para ver pasar a otras hermandades…
 
 

 
…Y para tomar un refrigerio reponedor, y  ya sabréis que sitio me vino rápidamente a la cabeza!

 
 


 

 

Prosigamos, con nuestra pequeña penitencia de espectadores de la Semana Santa. Nos dirigimos a la Plaza del Salvador andando por la calle Francos, no apta en tardes como esta para nadie que padezca claustrofobia, debido a la gran aglomeración de gente. Y a eso me refería antes con estar en el ojo del huracán:
 

 

 
 


 

Hermandad de Pasión, saliendo de la Iglesia del Salvador.



 

 Hermandad de Montesión, volviendo por la noche a su templo.
 
 

 

 

Con respecto a la Semana Santa en los pueblos, hay algunas diferencias con respecto a Sevilla, especialmente si el pueblo en cuestión es más bien pequeño: tallas y pasos más sencillos, cortejos procesionales con menor número de nazareno y mantillas, con lo que se reduce considerablemente los tiempos de espera, y recorridos procesionales de menos distancia y de menos tiempo. Esto no quiere decir que no se mantenga la misma solemnidad y rigurosidad que en Sevilla ,solo que en definitiva todo se vive de una forma más cercana y tranquila.

 

 

Hermandad de nuestro Padre de Jesús Nazareno, en Castilblanco.
 


 

 
Y hasta aquí, me despido de mi Semana Santa en el sur,  enviándoles un mensaje a los más fervorosos:  os queda un día menos para la Semana Santa del año que viene.

 

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario