sábado, 29 de noviembre de 2014

La Duquesita


“Un rinconcito único en pleno centro de Sevilla donde podrás degustar exquisitas tapas, exclusivos vinos, deliciosa repostería, riquísimos cafés y la mejor coctelería…”

La semana pasada estuve almorzando en unos de mis restaurantes favoritos de Sevilla. Llevaba mucho tiempo queriendo hablaros de él, y me repetía a mí misma: tengo que ir pronto…pero esperaba el momento adecuado, quizás un día tranquilo, a una hora en la que no estuviera a rebosar para enseñaros con tranquilidad porqué me gusta tanto.

Muchos de vosotros, bueno los que hayáis andado por Sevilla, conoceréis el local porque hasta hace unos años, estuvo instalado aquí el muy mítico pub “La Ilustre Víctima”. Coger el testigo de un sitio que ya albergaba cierta fama en Sevilla entre la gente joven y más allá, y conseguir  un renacimiento exitoso a partir de una idea completamente diferente a la anterior, no es tarea fácil…Pero lo han conseguido!
 


 

La Ilustre Víctima se despidió de todos y llegó La Duquesita, nombre aristocrático pero  alma y corazón cercanos, como descubres desde que cruzas la puerta: techos altos, muros anchos y aires antiguos. Mucha luminosidad, mobiliario en madera y tonos menta con piezas diferentes que parecen que no encajan pero que no podrían estar las unas sin las otras, y una cálida apariencia vintage de verdad ( y no de la que se fabrica en serie) en un montón de detalles a tu alrededor. Tiene un aire bohemio pero bonito que me encanta. No empalaga. Me siento aquí como si fuera el comedor de mi particular casita vintage!
 







 
 
 
 
 
 
 

Para empezar, M y yo pedimos unas sabrosas papas bravas que compartimos. A él le pasa con las bravas lo que a mí con la ensaladilla: si están en la carta hay que pedirlas!
 



 
 
 
Y estas son de las buenas, de las que pican y gustan a la vez!!

 
 


 

 

Para mí, musaka de atún….
 
 

 

 
Una nueva revisión del clásico griego en el que no eché para nada de menos la carne picada: el atún contrasta con el sabor más fuerte de las berenjenas y acaba convirtiéndose en una de esas mezclas que te hacen preguntarte: donde has estado toda mi vida???

 Y M es fiel siempre que viene aquí a su querido risotto. De boletus y queso esta vez.
 
 

 

 

 

Yo, que ya me vais conociendo y sabéis que no suelo tomar postre porque no me suele quedar sitio, me di una vueltecita a curiosear por la pequeña vitrina que teníamos cerca de nuestra mesa y a dejarme tentar por lo que tuvieran por allí…
 
 

 

Y la ganadora fue una de las especialidad de la casa:  “tarta mi niña Ana”.
 
 

 

 

Una tarta de queso cotundente, y que os aseguro sabe a queso, con una base de galletas y canela y un sirope de frutos rojos…
 

 

 

 

 

No hay nada como coronar una comida en La Duquesita con un postre como este! Dulce final!
 
 

 


 

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