“…no se ha tenido en cuenta que el impacto de la Torre Sur de las
Torres Gemelas era un Avión no tripulado: se puede observar el bulto en la
parte baja del Avión y después los 2 misiles camuflados que disimulaba ser un avión
comercial. Esto deja en claro una gran hipótesis, que el bulto era una especie
de recepción de señal que era mandado desde una base del ejército Estadounidense
y por dentro tenía 2 grandes misiles…” (Youtube)
“…Durante 6 años, Tanya Head simbolizó el coraje y la determinación de
los supervivientes del 11/S. Se convirtió en una de las 19 personas que había
sobrevivido al desastre y su relato conmovió a todo el mundo, hasta el punto de
convertirse en fundadora y presidenta de la World Trade Center Survivors
Network. Hasta que algunos periodistas encontraron dificultades en averiguar
hechos a raíz de sus declaraciones, y se descubrió que todo era falso, incluso
su nombre…” ( documentales-on line)
“…Era una marea de gente corriendo, corriendo, corriendo. En ese punto
lo único que podíamos hacer era decir a la gente que si podía andar siguiese
andando, e intentar ayudar a los que se desplomaban o necesitaban ser
acarreados…” (El País)
“…yo igual llego a creer que fue un montaje e incluso también que fue
planificado por el mismo gobierno de EE.UU….” (Youtube)
“…Escándalo en Estados Unidos por un fraude cometido por policías y
bomberos supuestamente afectados por los atentados contra las Torres Gemelas.
Habrían fingido traumas posteriores para no trabajar y cobrar indemnizaciones
de cerca de 40.000 euros anuales. Fueron descubiertos por las fotos que
colgaban en las redes sociales…” (Antena3)
“…vi una de las personas soltarse y caer al vacío con los brazos y
piernas retorcidas como tratando de agarrar algo y en forma desesperada. Quedé
con la boca abierta mirando con asombro. Luego vi otro saltar al vacío. En ese
momento no pude seguir viendo semejante tragedia…” (El País)
“…Esto fue el Pearl Harbor del siglo 21, la excusa para entrar en una
guerra de intereses que nada tienen que ver con los hechos que oficialmente se
informaron. Ningún avión cayó en el Pentágono, y no hay posibilidad de que las
torres cayeran de esa forma por el impacto recibido…” (Youtube)
"…Hace diez años a nadie se le hubiera ocurrido decir que los
musulmanes intentaban conquistar el mundo. El 11-S lo cambió todo para peor.
Este ha sido un tiempo terrible en nuestra historia. Hasta entonces nunca me
había sentido diferente. Pero a partir del 11-S nos convertimos en algo peligroso
que asusta a los demás…” (El País)
Esto que vais a leer puede ser
perfectamente el quinto o sexto borrador que intento escribir sobre el
famoso 11 de Septiembre de 2001. Podía
no haberlo mencionado siquiera, y publicarlo en el blog sin más. Y que cuando
lo leyerais tuviérais esa falsa sensación de que lo escribí del tirón y de que
las palabras fueron fluyendo fácilmente una detrás de otra. Pero no ha sido
así.
La cantidad de información que
podemos llegar a encontrar a día de hoy acerca de la tragedia de las Torres Gemelas
es abismal, y desgraciadamente, la mayor parte de las veces va cargada de una
gran dosis de sensacionalismo. Todo esto empezó aquel mismo día de Septiembre
de 2001, cuando toda la información corrió como la pólvora y se hizo
omnipresente en todas partes y en cada persona. Todo el mundo quería tener su
propia teoría de lo que había sucedido.
Bucear estos días entre toda esa
información, buscando como escribir esta entrada y haciendo a la vez pequeños
viajes en el tiempo, ha sido una tarea infernal. Y creo que me he ahogado, como
os comentaba al inicio, unas cinco o seis veces. Y una de las últimas veces,
cuando salí a la superficie a tomar oxígeno, caí en la cuenta de que lo que
estaba fallando es que me estaba dejando enredar: que si Bush, que sin Bin, que
si un montaje, que si el Pentágono, que si los musulmanes, que si una farsante
por aquí, que si un fraude por allá, que si un auto atentado…Todo eso me estaba
asfixiando a mí, y estaba tiñendo de amarillo lo que yo considero que es lo
verdaderamente importante de aquel suceso.
Ahora es cuando me toca confesar,
para que todo esto se entienda, que a mí Nueva York me ha gustado desde que era
una niña y la veía de fondo en las noticias del telediario. Y quería ese fondo
para mí algún día, con una alcantarilla humeante y un taxi amarillo pasando por
detrás. Para mí aquel escenario representaba el hacerme mayor, la vida
independiente…No sé, tonterías que piensas cuando eres una niña, pero tonterías
que te acompañan ya para el resto de tu vida. Conforme me fui haciendo mayor
fui añadiendo algunas más: representaba lo chic, lo moderno, el estilo y el sexo en Nueva York ;)
A muchos de vosotros os pasará,
que si yo ahora os preguntara por vuestras cinco películas o series favoritas,
con toda probabilidad una de ellas esté ambientada en la ciudad de Nueva York.
Si os pidiera que eligierais un sitio para hacer un gran viaje, muchos diríais
Nueva York. Si os diera la posibilidad de iros a trabajar o a estudiar lejos,
alguno que otro cruzaría los dedos para que fuera a Nueva York. Y si hablamos
de tendencias, y diseño, tendríamos que acabar hablando de Nueva York. Porque
la ciudad de los rascacielos no es sólo una ciudad. Es el escenario de millones
de sueños, el sitio del que tenemos un montón de recuerdos aún cuando no hemos
ído todavía, la gran manzana de asfalto y cristal donde todo y todos pueden
llegar a triunfar, porque como nos cantaba Sinatra: “Si puedo hacerlo allí,
podré hacerlo en cualquier parte”.
Diez años, muchos documentales
sensacionalistas, noticias, y películas
después, llegó para mí el gran momento de viajar a Nueva York. Estuve visitando
la zona cero, que en aquel entonces se encontraba completamente vallada y en
obras, porque lo consideré necesario para poner un poco un orden todo lo que
recordaba de aquel día y todo el sensacionalismo que vino después.
Cuando volví con todas mis fotos,
varios amigos se quedaron sorprendidos de que aún hubiera tanto recuerdo a las
antiguas torres, habiendo pasado ya una década. Se suele decir que con el
tiempo, todo se cura. Pero yo sé que no es sólo cuestión de tiempo. Suele hacer
falta volver, sobre lo mismo una y otra vez, para que “eso” salga de nuestra
cabeza y de nuestro corazón. Recordar muchas veces, hablar muchas veces, pensar
muchas veces. Hasta que salga del todo. No hay otra forma de hacerlo. Así que
yo sabía que la “curación” de la ciudad iba por buen camino.
Y eso mismo me encontré dos años
después, a finales de 2013, cuando volví a Nueva York de nuevo: Una zona cero
casi acabada, reconvertida en un espacio tranquilo y que miraba hacia el futuro, aprendiendo del
pasado.
Y fue entonces cuando me dí cuenta de que Nueva York seguía siendo una fábrica de sueños, ahora
renovados. Entendí a qué se refería Fabrice Moireau en su libro “Cuadernos de viajes” cuando decía que era la
ciudad que no se puede matar. Entendí que Nueva York era energía y coraje por todas
partes: Es caer y volver a levantarte, es creer que puedes, es ser el rey de la colina, el primero de la
lista…No hay nada que no puedas hacer. Nueva York era ahora un ave Fénix
que había resurgido, literalmente, de sus propias cenizas.
Era esperanza.
Esta entrada está dedicada a M, que
de mis sueños hizo sus propios sueños, y que ha acabado amando a Nueva York
incluso más que yo.