sábado, 29 de marzo de 2014

The Starbucker


Yo odiaba el café. Sí, odiaba, en pasado. Era la reina del Cola Cao en todas sus versiones posibles (incluida la de las pepitas de chocolate), del Nesquick y de cualquier otro tipo de preparado soluble a base de cacao. Pero la publicidad cumple su función muy bien y el que inventara lo de las muestras gratis sabía bien lo que se hacía…

Allá por el año 2005 yo trabajaba en la sevillana zona de Los Remedios, justo encima de un local de Starbucks. Una tarde, en plena época de Navidad, unas camareras subieron con cafés Mocca starbuckeros para todos ( café + leche + chocolate + nata). Recuerdo que me quedé mirando aquel vaso de papel para llevar en colores blanco y verde sin saber qué hacer, mientras se desataba alrededor de mí una ola de alegría colectiva por el café gratis. Decidí en aquel momento no ser la pedante del equipo a la que no le gustaba el café y ,como si aquel vaso llevara una etiqueta que dijera “bébeme” a lo Alicia en el país de las Maravillas, me lo tomé entero.

Y algo cambió. Y no me refiero solamente al subidón que me dio la cafeína para el resto de la tarde y parte de la noche, sino a que los de Starbucks consiguieron su objetivo: me cazaron y yo me dejé. Y encima, con exclusividad absoluta!
 
 



 

Me convertí en la pedante que sólo bebía café…de Starbucks, o en una Starbucker como me llamo a mí misma. Por supuesto, fui visitando  el resto de los Starbucks que había en Sevilla en ese momento y fui descubriendo el rollo hipster ese de pasar el rato en sus cómodos sillones sin que nadie te moleste y de conectarte a su red de internet wifi. Vamos, como si estuvieras en el salón de tu casa. Y en conjunto, todo me enamoró.



 

 

Ya sea para desayunar, para comer o para merendar, me declaro auténtica fan del rollo Starbucks, en cualquier ciudad del mundo.
 



 

 

Con el paso de los años, y mi afición creciente por el café en general, mi curiosidad me ha ído llevando  a probar el café de otros establecimientos con menos marketing, dándome cuenta de que aunque fue Starbucks quien que me dio el gran empujón, soy yo la que se ha ido haciendo adicta solita.
 

 

2 comentarios:

  1. Cristina, te paso el link a mi blog. Tengo otro por blogger, de literatura, lo tengo ultimamente abandonado porque quiero pasarlo a wordpress, echale un vistazo tmb si quieres ;)

    http://blog35milimetros.wordpress.com/

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    1. Al fín dí contigo! jajaj que no te encontraba, es que esta entrada de Starbucks fue de las primeras que escribí!! Ya te sigo ;) BSS

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