martes, 5 de junio de 2018

La Casa Azul


    

  Mi amiga Nathalie me dejaba un comentario por Instagram hace unas semanas, y me decía que podría vivir  exclusivamente a base de croquetas y ensaladilla rusa.  Podría ser un deseo poco ambicioso pero si os añado que ella me escribe desde muy lejos, más allá de los Pirineos, desde un lugar donde no hay ni croquetas ni ensaladilla en el bar de la vuelta de la esquina ( y si hay algo similar, seguro que no son como la que se preparan en España), quizás ese deseo ya no sea un deseo poco ambicioso, puede que haya subido de nivel.

La felicidad está en las pequeñas cosas. Dicen por ahí. En las cosas sencillas. En lo de siempre. Hombre no sé yo, según el día que me pille, seamos sinceros. Hay días en los que ni los truenos ni las centellas pueden conmigo, y otros luce el sol más brillante mientras la sensación de que todo se desmorona alrededor es inmensa. Y apenas como en ninguno de esos dos tipos de días.

Y para todos los demás días, que son la gran mayoría, los días normales, que se nos llene la boca diciendo que la felicidad está en las pequeñas cosas en las comidas sencillas, en las de siempre, y que tengamos croquetas y ensaladilla cerca para llenar la boca con algo más que palabras y emociones. Que este mi blog, en el fondo va de una chica que come. 




Y ¿a dónde me llevaron mis pies hace poco? A la Alameda de Hércules, mi zona favorita para salir a tapear por Sevilla. No me cansaré nunca de pasear por allí, yo que conocí la Alameda cuando era un sitio muy diferente, y que me maravillo todavía cuando pienso en cuánto ha cambiado. Cómo era antes y cómo es ahora.

Antes no existía La casa azul.




Y ahora podemos disfrutar de este pequeño bar,  que parece una casa de verano de esas que están cerca de la playa. Con mucho azul como dice su nombre, con las ventanas y puertas abiertas y con comida sencilla pero deliciosa, como la que comeríamos con todas nuestras ganas un mediodía caluroso de Julio o Agosto.





















No tuve que pensármelo mucho…


Ensaladilla con pollo escabechado






Sí, eso existe. Realmente sorprendente, si muchos de los que me estáis leyendo habéis caído en la cuenta de que nunca habéis probado una ensaladilla así, eso mismo pensé yo cuando leí la carta! No podía dejarla escapar! E hice bien,  estaba súper rica! Y os la recomiendo!





Chicharrones

También conocidos como torreznos, tocinito frito, y algún que otro nombre más.




Puede haber una comida para picotear que simbolice más el dulce-no-hacer-nada propio de un domingo? Y a la vez estar tan ricos como estos?





Croquetas

Las más esperadas. Comer croquetas un día que estás deseando comer croquetas es sinónimo de felicidad auténtica.









Estas eran de cardo, un vegetal que todavía no me he animado yo a incorporar a mi alimentación diaria, todo llegará porque la verdad fue que me encantó el sabor que tiene hecho croqueta.







Carne mechada




Porque también es comida de domingo y de sacar la mesa al patio a buscar rayos de sol. Y porque esta tenía una pintaza que no podía decir que no.



Creo que podría adoptar a La Casa Azul como mi casa de los domingos de verano, un patio con sombra, croquetas y ver a la gente paseando por la Alameda, ¿qué más puedo pedir? Ah sí, vivir a base de croquetas y ensaladilla!



La Casa Azul
Alameda de Hércules, 82, 41002 Sevilla
692 52 90 93



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