sábado, 20 de enero de 2018

Un gato en bicicleta


¿Leéis?

Apuesto a que sí, cada cual leerá lo que le guste, por supuesto.

¿Leéis libros?

Los de páginas de papel, con una portada de cartulina blanda o dura… Si estuviéramos todos juntos ahora me temo que no vería demasiado manos levantadas.

Vale, lo confieso, soy de esas personas que no pueden sustituir los libros por una pantalla electrónica. Soy antidiluviana, jurásica, arcaica, lo que queráis. Realmente pienso que la conexión que se puede llegar a tener con un libro en papel, con uno de esos cuya historia te atrapa y te acompañará siempre, con uno de los que puedas pasar cada una de sus hojas con tus dedos…yo no la puedo tener con ningún trasto electrónico. Es más, hay libros que he leído en formato digital cuyas historias se me han quedado vagando por la cabeza, y que a día de hoy siento que para que esa historia me llegue realmente necesitaría volver a leerlos en papel.

Yo soy así, ya no tengo remedio.
















Por este motivo, tenía un montón de ganas de ir una tarde a merendar a Un gato en bicicleta, un pequeño espacio multi tarea en el que lo mismo te organizan un taller de cerámica, que hacen de librería y de paso sirven unas tartas muy ricas. Tenía ganas de sumergirme entre libros de papel y desconectar de la tecnología un ratito, de no tener prisa, de olvidarme de que en la calle estaba empezando a llover otra vez, y de dejar volar la imaginación.

La  banda sonora de pop y rock indie de los buenos tiempos sonando de fondo, acompañaba completamente y  así como quien no quiere la cosa apareció una canción de los Smiths, a los que considero sencillamente maravillosos.







¿Llenamos el estómago?

Tarta de zanahoria





Esponjosa. Y con el frosting más delicioso y menos empalagoso que he probado en mucho tiempo. Y eso no es fácil de encontrar






Y un pastelito árabe, que según me explicaron estaba preparado con agave y no con miel. Aunque el sabor de las almendras es inconfundible en este tipo de pasteles, es cierto que era mucho más ligero que los tradicionales con miel. Estaba delicioso, para  acabar con la bandeja entera.

















He de confesar que me encantó el detalle de los fideos de colores de la tarta de zanahoria. Ya apenas se ven, porque la pastelería creativa está cada vez más cerca del arte que de la comida, y a los pobres fideos de colores, que tantas veces usé en mi época del instituto para adornar las tartas de galletas y chocolate que hacía, les está pasando como a los libros, que están dejando de ser modernos. ¡Salvemos a los fideos de colores! Y de paso, también a los libros en papel.




Un gato en bicicleta
Dirección: Calle Pérez Galdós, 22, 41004 Sevilla
Teléfono: 955 29 56 51






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