En algún momento, todo el mundo necesita
conocer un buen restaurante en el centro de Sevilla. Un buen lugar donde se
pueda almorzar o cenar y mantener una agradable charla. Un buen lugar que no
sea demasiado grande ni impersonal. Y que al mismo tiempo sea un buen lugar
lleno de buena comida, de comida especial, de la que no va encadenada en serie,
ni se hace como churros ( con todos mis respectos a los churros, mi desayuno
favorito para los Domingos de-no-hacer-nada-de-nada), ni comida de la que
podría hacer cualquier persona que se pasease por la cocina.
Un pequeño gran lugar que nos
sirva para una comida de trabajo, para
“la cita romántica” definitiva, o para saltarnos una huelga de hambre o
la dieta, como se quiera llamar. O simplemente, para recomendárselo a alguien
que nos pregunte.
Pues os tengo buenas noticias. Estuve
en ese buen lugar no hace mucho y se llama La Dalia. Cumple con todo esto y con
algo más.
Este imaginativo bar de tapas y
raciones exquisitas es bonito y pequeño, pero con una carta de lo más variada.
De las que contentan a todos los que vayan, tanto a nivel de comida como de
vinos, y eso no es cosa fácil amigos.
No vais a tener oportunidad de
sentaros en la calle, pero el interior ha sido cuidado con tanto detalle que
tampoco lo vais a echar de menos. Y con el calor que nos está llegando y falta
por llegar, menos!
Pintxos de bacalao y langostinos
La comida de color negro ( al
igual que me sucede con la comida de color azul) tiene algo. Algo que me dice
que no me la coma, que esos no son colores que los humanos debamos meternos en
la boca y tragarnos. Pero que al mismo tiempo es un algo que entra en conflicto
con la textura y el olor que me llegan por ojos y nariz…. Y que lo cambia todo.
Es justo ese algo lo que hace que queramos
sumergir uno de estos crujientes pintxos en la deliciosa mayonesa de lima que
nos han servido. Y el placer se hace real.
Aseguraos de pedir al menos una
tapa de….
¡¡Croquetas!!
Hacedle caso a esta loca del rico manjar que surgió como necesidad de usar las sobras
que andaban por la cocina, como otros muchos grandes manjares de la historia,
y al que sin duda nuestros tiempos
modernos se han encargado de catapultar al casi nivel de plato de culto.
Canelón de carrillera
Yo no era demasiado fan de la
carne de carrillada en ninguna de sus versiones, claro que como tampoco como
carne apenas, no soy una medida fiable. Pero por la mitad de este canelón lo
dejo todo.
Porque la combinación de carne de
carrillada, con su típico sabor intenso, mezclada con la pasta del canelón y la
salsa de uvas y boletus, es perfecta. De las que convierten un Jueves
cualquiera, en un Jueves especial.
Presa a la plancha ( con jamón
ibérico y pimientos del padrón)
Para carnívoros, y para los que
no decimos que no a un trozo de carne bien preparado, aunque no comamos
demasiada carne a la semana. Un plato típico con ingredientes de toda la vida y
de calidad que lo convierten en una tapa perfecta para terminar el almuerzo.
Yo ya no podía comer ni picotear
nada más, pero vosotros seguid probando y probando. Probad todo lo que podáis,
todo es bastante espectacular!
Parafraseando uno de mis hashtags
favoritos cuando subo a Instagram una foto de algo delicioso os diré que pongáis
un plato de croquetas en vuestras vidas. Si ya soléis hacerlo, solo puedo deciros que ¡Todos
formamos un bonito club de locos de este sabroso manjar! Dejemos que las
croquetas de La Dalia ( y sus otras muchas cosas ricas) formen parte de él.
La Dalia
C/ Trajano, 4
Sevilla – 41002
955 32 18 63
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