Tengo que confesaros que el
desayuno es mi comida favorita del día. Y salvo causas de fuerza mayor, no
suelo saltármelo. Como no tengo mal
despertar, el desayuno es ese momento en el que el nuevo día acaba de comenzar
y tengo la sensación de que todo está por hacer, hasta me parece que multitud
de cosas buenas van a suceder…Luego, la mayoría de los días transcurren de una
forma banal y sin gracia. Pero no importa, a la mañana siguiente otra vez a
soñar, con el desayuno por delante. Café, galletas, zumo, tostadas, cereales,
magdalenas, huevos, bacon, mermeladas… o todo a la vez! Jejeje. Estas delicias
no tienen comparación para mí, con nada más de lo que comamos a lo largo del
día.
Recuerdo que de pequeña le decía
a mi madre que yo quería desayunar a mediodía otra vez, y por la tarde otra
vez, en lugar de merendar y luego por la noche antes de irme a dormir. Pero mi
madre, fiel seguidora de los convencionalismos cuando toca sentarse a la mesa,
me repetía una y otra vez una frase que acabó convirtiéndose en un mantra en
casa: hay un momento para cada cosa…Y yo me quedaba pensando…algún día! Y no,
no os hablo de irnos de brunch de fin de semana, que por cierto se han puesto
muy de moda en estos tiempos modernos ( ya lo haremos otro día), os hablo de
entrar en un bar a las dos de la tarde y pedirle al camarero que nos ponga el
desayuno por delante.
Las veces que he desayunado, a
las cuatro de la tarde según algún husos horarios extraños, en aeropuertos
lejanos o con un jet-lag que casi me tumbaba en el suelo, no cuentan. Así que podemos
considerar que esta ha sido la primera vez oficial que lo he hecho, y como todas las primeras
veces M y yo estuvimos de acuerdo que había que hacerlo por todo lo alto y con
alevosía!
O’Neill's es nuestro pub favorito
de Sevilla desde hace mucho tiempo: es nuestro cuartel general para cenar
la noche de los Reyes Magos año tras año y nuestro sitio ideal para ir a tomar
cerveza negra y hamburguesas grandes…Y tienen un desayuno irlandés que sirven
durante todo el día impresionante y genial!
Salchichas, huevos fritos,
tomates asados, champiñones rebozados, bacon frito, tostadas con mantequilla,
beans...hoy las arterias tienen el día libre!!
M y yo disfrutamos de lo lindo. A mí personalmente, el ambiente de
este tipo de pubs, y el de O’Neill's en particular, me encanta: puedes comer y
charlar de forma agradable, sin agobios y sin prisas. Es un ambiente cálido y
tranquilo, siempre y cuando no haya partido claro, entonces todo se transforma!
¿Quién se apunta a desayunar ( a
lo irlandés) a cualquier hora del día?