Ahora que por fín Leo DiCaprio
tiene su merecido Oscar bajo el brazo, yo ya puedo dar por concluída aquella
mini campaña que inicié con el año nuevo en las redes sociales: #UnOscarParaLeo
#AnOscarForLeo, y por fín dormir tranquila.
Retomemos eso de salir a comer
por ahí, que tanto nos gusta a todos ;)
Os tengo que recomendar otro
foodie lugar genial que he probado en Sevilla. Un sitio pequeño, acogedor, joven y con mucha energía. Con muchos colores
y con unos camareros que atienden a su público con mucho amor para que nos les
falte de nada.
¡Volvámonos unos chalados
totales!
La Chalá la encontraréis en
Sevilla si vais camino del centro por la zona de San Laureano – El Museo. Como
os decía es un pequeño local que hace esquina delante de una plazita, que
aprovechan precisamente los días que hace buen tiempo para poner varias mesitas
y que podamos degustar sus ricas tapas y raciones bajo el solecito sevillano.
Pero si me lo permitís, os
recomiendo La Chalá para cenar. Porque es que no hay nada que me guste más que
un pequeño restaurante con no más de 10 ó 12 mesas, con poca luz y velitas
encendidas. Es mi escenario perfecto para pasar un rato con la persona especial
que todos tenemos en nuestras vidas.
Y qué podéis comer aquí? Veamos:
Para empezar no puede faltar esta
ensalada Caprese para compartir.
M y yo somos unos grandes fanes
de este plato. Ya lo preparamos hasta en casa un día cualquiera y le hemos
hecho bastantes variaciones y actualizaciones: que sin con queso de cabra, que
si con tomates kumato, que si cambiando la albahaca por el orégano, que si añadiendo
una tosta de pan debajo… Y siempre nos encanta!
M continuó con otra delicia, un
arrosito wok
Con verdura, frutos secos y soja.
Y para mí, arepa de pollo asado
con ali-oli de aguacate
Ya sabéis como soy con los
aguacates. Aguacates? Dónde!!?? Esta era la primera vez que comía arepas. Son
unas tortas de maíz que me han encantado.
Y hasta aquí, fín de la velada en
La Chalá. Os lo recomiendo muy mucho, sobre todo de noche… ;)
¡Nos vemos en el próximo foodie
lugar!
La Chalá
Dirección: Plaza de la Puerta Real, 6, 41002 Sevilla
Fue un domingo, una tarde de domingo cualquiera del año
1998. El frío del mes de Enero nos empujaba a todos a huir de estar en la calle
y buscábamos un sitio cálido para pasar el rato. Yo entré en una sala abarrotada de gente. Él
estaba sentado en una mesa jugando al póker. Yo estaba absolutamente sola y
rodeada de desconocidos. Él lo iluminaba todo con su sonrisa y con sus ojos.
Nunca me pudo ver.Yo me senté. Tres
horas y cuarto después, algo dentro de mí había cambiado para siempre.
En las horas siguientes, en los días sucesivos, en los meses
que fueron pasando, nunca olvidé que había tenido que ir allí absolutamente
sola. Y quizás fue este hecho el que le daba importancia a todo aquello. Quizás
también fue aquel chico.
Aquel chico me hizo pensar. Todo lo lejos que podía alcanzar
a pensar una adolescente de dieciocho años, como yo entonces. Una chica que
quería que alguien la despertara, pero no con un beso de príncipe, sino con un
tirón del brazo. Alguien que pusiera mi vida patas arriba. Un plan que no fuera
el típico plan. Nada de sota, caballo y rey. Quería llorar. Fracasar y
levantarme todas y cada una de las veces. Sentir lo que era tener el corazón
roto. Reirme. Ser capaz de amar a alguien más de lo que me amaba a mí misma.
Saltar. Volar.
Pensar no siempre lleva a poner algo en práctica al momento,
y debe ser porque esta cosa de madurar lleva su tiempo. El tiempo pasaba. Yo
crecía y aquel chico también . Yo le veía año tras año, haciéndose cada vez más
mayor, más serio, más seguro de sí mismo. Encontrando su sitio, a la misma vez
que yo también iba poco a poco encontrando el mío, sin sotas, sin caballos y
sin reyes. Justo como lo soñaba.
Y supongo que de ahí venga esta cosa especial que todavía siento
por aquel chico, más cercana a lo platónico que a lo real, todo hay que
decirlo. Quizás fue él quien dentro de mi cabeza me tiró imaginariamente del
brazo para que mis ojos se fueran abriendo, para que no tuviera miedo de salir
al mundo a buscar exactamente lo que quería de la vida. Quizás fue el momento
perfecto, quizás fue todo.
Por eso es tan importante para mí que aquel chico, por fín,
gane su primer Oscar mañana por la noche. Por lo que representa para mí dentro
de mi pequeña historia personal, y por lo mucho que he leído que representa
para toda la generación de los que nacimos entre los 70 y los primeros años de
los 80,
Buena suerte Leo!
I just "knew" him many years ago.
It was a Sunday, a Sunday afternoon any of 1998. The cold of
January pushed all of us to escape from being on the street and looking for a
warm place to hang out. I walked into a crowded room of people. He was sitting
at a table playing poker. I was all alone, surrounded by strangers. He lit everything
with his smile and his eyes. He could never see me. I sat. Three hours and
fifteen minutes later, something had changed inside of me, forever.
In the following hours, on successive days, in the months
they went by,I never forgot that I had
to go there all alone. And perhaps it was this fact that gave importance to
all. Perhaps it was also that guy.
That guy made me think about. As far as a teenage girl of
eighteen like me could reach to think . A girl who wanted someone to help to
waking up, but not with a kiss of a charming prince, but with a pull arm.
Someone put my life upside down. A plan that is not the typical plan. Nothing
jack, queen and king. I wanted to cry. Fail and get up every single time. Feel
what it was a broken heart. Laugh. Being able to love someone more than I loved
myself. Jump. Fly.
Think not always lead to put something into practice at the
time, and it should be because this thing takes time to mature. Time passed. I
was growing up and that guy grew too. I saw him year after year, becoming
older, more serious, more confident. Finding his site, at the same time I was
also going slowly finding my own, withoutjacks, without queens and without kings. Just like I’ve dreamed.
And I suppose this is why I still feel theses special
feelings for that guy, closer to the platonic than the real love, I must say
come. Perhaps he was the person who, inside my head, pulled my arm and helped to
my eyes were opened, so that was not afraid to go into the world to find
exactly what I wanted from life. Maybe it was the perfect time, maybe it was
all over.
Therefore it is very important to me that this guy finally
win his first Oscar tomorrow night. For what he represents for me inside my
little personal story, and so much that I read it represents for the whole
generation of those people born between 70 and early 80s,
Más bien, me tocó hacerlo a mí el
pasado fín de semana, en pleno proceso febril y gripal. No me constipaba yo con
fiebre y pinchazos en las articulaciones desde hace casi diez años, cuando tras
una lluvia, llegué con todas las ropas mojadas a casa. Pero la gripe me pilló
hace una semana y me tuve que quedar en casa el Sábado y el Domingo.
Imposible para mí eso de estar
quieta en la cama o en el sofá sin hacer nada. Así que me metí en la cocina
mientras dejaba que los medicamentos hicieran su trabajo conmigo.
Hacía tiempo que sentía
curiosidad por dos ingredientes pequeñitos como semillas: la chía y la quinoa.
Instagram se alimenta de ambas básicamente, y raro es el perfil de cualquier
foodie-persona que no cuente entre sus fotos con varias recetas de ambas. Fotos
preciosas en la gran mayoría de los casos, todo hay que decirlo.
La chía es una semilla de color
oscuro, similar en aspecto a las diminutas pipitas que se encuentran dentro de
los kiwis, que tiene asignada la cualidad de superalimento. No tiene sabor, tiene
un alto índice de proteínas vegelates y tiene poder espesante cuando se mezcla
con ingredientes líquidos. De ahí que preparar un pudding de chías sea
realmente coser y cantar.
un blog al cual os recomiendo que echéis un vistazo de vez en cuando, por su autora
Aleyda os dará muchas ideas para todos los gustos, y publica cada receta tanto
en inglés como en español. Yo introduje algunos cambios en la receta que
preparé, por ejemplo no utilicé vainilla, porque he descubierto que el sabor de
la leche de avena me encanta tal cual, añadí miel en lugar de sirope de arce y
solamente utilicé un poco de piña al final para adornar. Aquí van las fotos de
mi preparación:
Dejé el pudding en el frigorífico
hasta el día siguiente, y me lo llevé al trabajo para desayunar.
No pude echar
más de menos mi tostada con aceite de oliva, aguacate y tomate en rodajas…
Realmente tenía yo necesidad de comerme aquellas semillas cuando que vivo en el
epicentro de la dieta mediterránea, y en un lugar donde todavía es más barato
comprar fruta que comprar una hamburguesa? Probar de lo que significa literalmente
probar, sí. Sustituir nuestra gastronomía genial por alimentos como éste, no
pienso hacerlo.
Segundo asalto, la quinoa.
Sigo en Instagram a los chic@s de
www.concucharaytenedor.netTambién tienen un blog genial, con fotos
geniales de las recetas que preparan, que te abren el apetito sea la hora del
día que sea. Y encima, lo mejor es que suelen ser comidas que puedes preparar
para tu vida diaria real, incluso para llevártela en un tupper al trabajo. De
ellos es esta receta de ensalada griega de quinoa:
. De
nuevo en esta receta volví a hacer algunos cambios personales: el queso feta por queso fresco, aceitunas
negras por verdes y tomates cherry por tomates normales. Todo lo demás lo hice
según sus pasos.
Me las prometía yo muy felices metiéndome
en la cocina a preparar quinoa, cuando una amiga vía Whatsup me preavisó que
debía lavarla antes. ¿Cómo que lavar? ¿Y por qué? Consulté a San Google para
averiguar de qué iba aquello exactamente y voilá! La quinoa no podía consumirse
directamente del paquete, por lo visto viene impregnada de una sustancia tóxica
llamada saponina y que tiene propiedades similares al jabón, y encontré varios
artículos que explicaban cómo lavar la quinoa debidamente antes de cocinarla…
Me dio una pereza que casi tiro la toalla, pero no es mi estilo.
Total, que ahí estaba yo, lavando
quinoa. Varias veces cambiando el agua, dejándola un ratito de remojo.
Volviendo a lavar y cambiando el agua de nuevo… Creo que alrededor de unas diez
veces, hasta que dejó que formarse costra y espumita en la parte superior. Ahí
ya estuvo preparada para guisarla con el caldo de verduras que había reservado
del día anterior.
Mientras, fue cortando todo el
resto de ingredientes
Y preparé la deliciosa vinagreta
que lleva esta receta, a base de aceite, zumo de limón, miel, orégano, perejil
y pimienta.
Con la quinoa completamente
guisada y enfriada, lo mezclé todo. Y me lo llevé en un tupper al trabajo al
Lunes siguiente.
Al final, justo en el momento de
comer, le piqué un poco de cebolla morada.
Estaba muy rica. Pero no soy una
de esas personas a las que le encante pasarse mogollón de tiempo en la cocina
con preparativos, y tener que lavar la quinoa de una forma tan exhaustiva fue
el colmo de mi paciencia. En pleno siglo veintiuno, ¿ no deberían comercializar
este cereal perfectamente lavado y listo para guisarlo y consumir? Los hipsters
deben ser las personas con más tiempo libre del mundo, y perdón por el
estereotipo. A partir de ahora me quedo con el cous cous y el arroz integral,
que están también muy ricos y que no me hacen invertir el tiempo que no me
sobra.
De vez en cuando hay que ser
sincera también. Instagram está lleno a rebosar de postureo y de cosas que
parece que a nadie les cuesta ningún esfuerzo cuando que sí que lo cuestan. Así
que a nosotros y a mi incluída, no nos queda más opción que elegir qué queremos
hacer.