Mi amiga Nathalie me dejaba un
comentario por Instagram hace unas semanas, y me decía que podría vivir exclusivamente a base de croquetas y
ensaladilla rusa. Podría ser un deseo
poco ambicioso pero si os añado que ella me escribe desde muy lejos, más allá
de los Pirineos, desde un lugar donde no hay ni croquetas ni ensaladilla en el
bar de la vuelta de la esquina ( y si hay algo similar, seguro que no son como
la que se preparan en España), quizás ese deseo ya no sea un deseo poco
ambicioso, puede que haya subido de nivel.
La felicidad está en las pequeñas
cosas. Dicen por ahí. En las cosas sencillas. En lo de siempre. Hombre no sé
yo, según el día que me pille, seamos sinceros. Hay días en los que ni los
truenos ni las centellas pueden conmigo, y otros luce el sol más brillante
mientras la sensación de que todo se desmorona alrededor es inmensa. Y apenas
como en ninguno de esos dos tipos de días.
Y para todos los demás días, que
son la gran mayoría, los días normales, que se nos llene la boca diciendo que
la felicidad está en las pequeñas cosas en las comidas sencillas, en las de
siempre, y que tengamos croquetas y ensaladilla cerca para llenar la boca con
algo más que palabras y emociones. Que este mi blog, en el fondo va de una
chica que come.
Y ¿a dónde me llevaron mis pies
hace poco? A la Alameda de Hércules, mi zona favorita para salir a tapear por
Sevilla. No me cansaré nunca de pasear por allí, yo que conocí la Alameda cuando
era un sitio muy diferente, y que me maravillo todavía cuando pienso en cuánto
ha cambiado. Cómo era antes y cómo es ahora.
Antes no existía La casa azul.
Y ahora podemos disfrutar de este
pequeño bar, que parece una casa de
verano de esas que están cerca de la playa. Con mucho azul como dice su nombre,
con las ventanas y puertas abiertas y con comida sencilla pero deliciosa, como
la que comeríamos con todas nuestras ganas un mediodía caluroso de Julio o
Agosto.
No tuve que pensármelo mucho…
Ensaladilla con pollo escabechado
Sí, eso existe. Realmente
sorprendente, si muchos de los que me estáis leyendo habéis caído en la cuenta
de que nunca habéis probado una ensaladilla así, eso mismo pensé yo cuando leí
la carta! No podía dejarla escapar! E hice bien, estaba súper rica! Y os la recomiendo!
Chicharrones
También conocidos como torreznos,
tocinito frito, y algún que otro nombre más.
Puede haber una comida para
picotear que simbolice más el dulce-no-hacer-nada propio de un domingo? Y a la
vez estar tan ricos como estos?
Croquetas
Las más esperadas. Comer
croquetas un día que estás deseando comer croquetas es sinónimo de felicidad
auténtica.
Estas eran de cardo, un vegetal
que todavía no me he animado yo a incorporar a mi alimentación diaria, todo
llegará porque la verdad fue que me encantó el sabor que tiene hecho croqueta.
Carne mechada
Porque también es comida de
domingo y de sacar la mesa al patio a buscar rayos de sol. Y porque esta tenía
una pintaza que no podía decir que no.
Creo que podría adoptar a La Casa
Azul como mi casa de los domingos de verano, un patio con sombra, croquetas y
ver a la gente paseando por la Alameda, ¿qué más puedo pedir? Ah sí, vivir a base
de croquetas y ensaladilla!
La Casa Azul
Alameda de Hércules, 82, 41002 Sevilla
692 52 90 93
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