Well, well, well…
- - Imagina que hay un incendio en tu casa, y tienes
que salir corriendo. Sólo puedes llevarte unas pocas cosas, ¿qué cogerías?
Y claro, se me quedó cara de: ¿¿¿¿
y ahora qué contesto???? Yo sin haber estudiado, y encima me toca una pregunta
abierta de esas de desarrollar. Me pregunto qué fue de aquella chica empollona
que se sabía todas las respuestas, a veces me sorprendo de todo lo que he
cambiado…aunque igual no ha sido para tanto… No! Vuelve! No te disperses! Ay
sí! El incendio. A ver, cierro los ojos,
y “estoy” en mi casa. De repente todo lo que veo a mi alrededor me parecen
objetos banales y superficiales, ¿qué clase de persona sería yo si salvara
parte de todo esto? Nada, esto no me sirve. ¿Dónde están las cosas importantes?
Tengo que pensar rápido que me dicen que hay un incendio. De repente “estoy” en
mi antigua habitación, en la que dormía y jugaba cuando era una niña, la misma
en la que todavía a día de hoy me quedo a dormir cuando mi mundo real salta por
los aires. Y en ese momento lo sé: Tengo que salvar lo que hay ahí dentro, por
poco que sea: tengo que conseguir salir corriendo con los cuadernos llenos de
mis historias, con mis muñecas, con mis libros de Disney… Ahí estaba mi respuesta.
- - La infancia tira mucho, eh?
¿Qué voy a contestar yo a
eso? ¡Siendo psicóloga!
Quizás no a todas las personas
les tire con la misma fuerza, pero con aquella pregunta descubrí que a mí desde
luego que sí. Como yo tengo ya unos años, pertenezco a esa generación que vivió
su infancia en un mundo pre-tecnológico, donde el valor de las cosas que
poseías siendo niño venía dado por tí mismo y por tus propias vivencias. ¿Hay
algo más incalculable? Y ahora, cuando parece que hayan pasado dos millones de
años y no treinta, un poco de nostalgia me invade a veces, especialmente cuando
llega el verano en Sevilla.
Me descubro echando de menos
cosas como no tener mucha conciencia de
cuando acababa el curso en el colegio, el aburrirme como una ostra a la hora de
la siesta o el viajar lejos de mi casa a pasar el verano entero…Los famosos
tres meses sin tener nada que hacer… que lejos se quedaron ya.
Tirarse a la bartola, esa expresión que usaba mi padre
conmigo cuando llegaban las vacaciones del cole, del instituto y ya por último
las de la Universidad, y que evocaba a tirarte en cualquier parte literalmente
a no hacer nada.
Pero no olvidemos que, por muchas
historias de mí que yo os cuente, este mi blog es un blog de comida. En estos
tiempos modernos que corren, y lejos de ese concepto veraniego y estudiantil de
no hacer nada, La Bartola se ha convertido en un foodie lugar sevillano al que
también se puede ir a no hacer nada más que no sea dejarse sorprender por todos
los ricos platos que preparan. Y es un plan genial para un Domingo de esos en
los que una se levanta a las tantas.
Es un restaurante lleno de
colores vivos y con dos grandes ventanales por los que entra un montón de luz.
Y desde que entras te invade un rollo positivo muy guay.
La carta tiene un montón de cosas
ricas. Y sí, también tienen croquetas, pero esta vez me apetecía salmorejo,
otro plato del que soy una gran fan y que en verano me pierde.
Y éste estaba ya
sabéis, para rebañar al final!
Igual me pasa con los calamares
fritos, me encantan! Y aquí los sirven en una tapa bien contundente y muy muy
ricos.
Espaguetis de calabacín
O calabacines convertidos en
espaguetis ( si hay alguien de Italia, por favor que no se enfade demasiado…). Siempre
digo que voy a comprar por Amazon un trasto de esos para hacer esto en casa… y
nunca lo hago… así tengo una excusa para pedirlos cuando los vea en la carta
como me ha sucedido aquí! En La Bartola los sirven calientes y con gambas, y
están como para repetir unas cuantas veces!
Y para quien prefiera carne, le
recomiendo este impresionante cous cous con carne, verdura y pesto!
Que estaba sabroso y con un toque
de especies muy particular.
Con el estómago lleno de tantas
cosas ricas y después de haber disfrutado de un ratito de dulce-no-hacer-nada o
tirarme a la Bartola, tocaba ponerme en marcha y volver al mundo real.
Y
hablando del mundo real:
¿Lo soportarías ahora? Tres meses
vacíos para llenarlos ( siendo realistas, claro!) con cosas que habitualmente
no hacemos… o con el ritmo al cual nos hemos acostumbrado a vivir en estos
tiempos... ¿Te acabarías aburriendo? Pregunta abierta, nivel de importancia
alto, espero que hayas estudiado…
Bar La Bartola
Dirección: Calle San José, 24, 41004 Sevilla
Teléfono: 955 27 19 78
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