No sé si habrá sido por el color
especial.
Por las series “Juego de Tronos”
y “La peste”, o por la película “Ocho apellidos vascos”.
O quizás por la buena comida y el
sol (ese que no luce precisamente hoy).
Pero por una serie de razones de
peso, Sevilla se ha llenado de gente. Llena con mayúsculas.
Es la humilde conclusión de una
bloguera que nunca ha tenido ningún problema para comer o cenar en cualquier
restaurante a cualquier día y a cualquier hora. Así en plan, vamos a cenar a
aquel sitio que me han dicho que es genial, sin reservar, sin planear nada, a
lo loco, que a lo loco se vivía mejor. Amigos, eso se terminó.
Acostumbrémonos a compartir, a
estar rodeados de gente que quiere disfrutar de lo que para nosotros ya era
cotidiano y del día a día, y a la maravillosa sensación de descubrir pequeños
lugares y pequeñas mesas justo donde parecía que nada podría aparecer.
Los lugareños, tienden a ir
dejando de lado las zonas más turísticas de las ciudades, especialmente los
fínes de semana y los días festivos. A veces precisamente por el abarrotamiento
de gente en determinadas zonas y porque tristemente, los precios que se
encuentran a veces están un poco “inflados”.
Aún así, parte de la gracia de
todo esto para mí está en explorar, en conocer, en descubrir que hay donde
parece que no podía haber nada que me gustara.
Y así me encontré con Mateos.
En todo el centro del mogollón
del turismo sevillano, en pleno Barrio de Santa Cruz, con la Giralda mirando
desde la izquierda. Un pequeño pero precioso restaurante donde el color verde
lo adorna todo, y donde la carta de tapas de toda la vida te atrapa hasta
llevarte a sentarte a una mesa sin remedio.
Fuera se queda el bullicio, las
gentes, el no tengo tiempo y el cuánto nos ha costado aparcar.
Y dentro todo es ensaladilla,
croquetas y adobo de pescado frito.
Ensaladilla de langostinos
Adornada con una mayonesa muy original
de salsa verde, y con rúcula. Nuestra ensaladilla de toda la vida reinventada y
con un sabor espectacular.
Croquetas
De pollo del puchero, como debe
ser.
Realmente me encanta probar
croquetas de todos los sabores que caigan, pero por estas, por las clásicas de
toda la vida que tienen toda la pinta de que han sido hechas con amor, siento
especial debilidad. Deliciosas!
Adobo de pescado frito
Porque aunque no hace falta estar
en la calle Tetuán para zamparse una buena tapa de este clásico entre los
clásicos en Sevilla.
Un pequeño lugar, de esos con filosofía slow
food, en medio de todo el ajetreo de gentes que no paran de visitarnos. Y
que siga siendo así, que así es más divertido.
Mateos Bar
Dirección: Calle Mateos Gago, 2, 41004 Sevilla
Teléfono: 954 21 88 06
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