Los años que terminan no se
llevarán nada.
Los años que empiezan, vendrán
absolutamente en blanco.
El tiempo pasa y uno no se hace
mayor así sin más, año tras año.
Porque los números son solamente
números, decían. Y quien fuera que lo dijo, tiene la razón.
Los caminos que hay para elegir,
las puertas que hay para abrir, los precipicios que habrá que saltar. Ahí
sucederá todo, así sin más. Todo cambiará en los pocos segundos en los que se
tarda en decir una frase, en abrir un cajón, en los que se escucha los acordes
de una canción, en los que te vienen a la mente flashes de recuerdos de cosas
que aún no han pasado…pero que sabes que acabarán ocurriendo.
Te haces mayor cuando descubres
que ya no te apetece publicar en las redes sociales las cosas más importantes
que suceden en tu vida. Un buen día todo se vuelve malo y bueno a la vez, y entiendes
que llegó el momento de cerrar esa ventana por lo que te mira el mundo entero.
Porque todo se vuelve de repente
demasiado importante. Tanto, que te preguntas si antes no lo fué lo suficiente.
Descubres que hay historias que
protegerías con tu vida. Historias buenas, historias malas. Las historias que
se acaban, las historias que nacen, las grandes que se quedan en nada, y las
que parecían que no eran nada y se convierten en un monstruo grande al que
alimentas todas las mañanas.
Hacerte mayor es aprender a
sonreír cuando un frío aterrador te recorre el cuerpo por dentro. Es estar
serio cuando tienes el estómago lleno de mariposas que no te dejan comer. Ni
dormir. Ni nada. Es caminar cuando tienes ganas de correr. Es quedarte cuando todo
lo que quieres hacer es huir. Es actuar como si entendieras todo lo que ocurre
a tu alrededor, cuando en realidad, hace tiempo que ya no entiendes nada.
No podrás elegir cuando te irás
haciendo mayor. No vas a decidir cuando quieres que sucedan todas esas
historias que te irán cambiando para siempre. Será por sorpresa, porque ahí
radica la magia de todo esto, en bailar alrededor de un montón de sillas hasta
que la música pare de repente.
Y cuando la canción de turno deje
de sonar, y seas tú quien se quede en pie, cuando ocurra eso tan horrible que
ahora se te pasa por la mente, intenta recordar por muy duro que resulte, que
ese podría ser el billete a donde todavía sueñas con llegar.
Sayonara 2016…
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