El pasado Domingo amaneció
soleado, como viene siendo ya constante aquí en el sur este invierno. Tras
debatirnos entre si era más razonable quedarnos todo el día en el sofá viendo
películas o salir a disfrutar del sol, M y yo decidimos esto último y salir a relacionarnos con otros seres
tridimensionales. Muy a nuestro pesar (jajajaja), porque
nos pasamos toda la semana fuera, de arriba para abajo, y por mucho sol y buen
tiempo que haga los fines de semana la casa nos llama a gritos, y el sofá no
digamos. Igual alguno de vosotros lo entiende, igual otros no, así funciona el
mundo.
Pero el plan prometía. Lo que
pudo haber sido un día de películas en
casa, se convirtió en una visita a El Almacén, un restaurante de Castilblanco que
nos encanta. Forma parte de un conjunto encantador de casitas rurales para
alquilar y pasar el fín de semana o las vacaciones y desenchufarse del mundo.
Pero también podéis poner rumbo a la sierra e ir a El Almacén solamente a comer, como
hicimos M y yo.
Ya os había hablado de este
lugar, fue al principio de empezar con mi blog cuando estuve aquí cenando con
mi familia una noche.
Pero de día, y con una luz tan
bonita, también tiene su encanto.
Creo que me gusta tanto porque me
recuerda a una de esas casas de madera que se ven en las películas. Y es que
una vez estás dentro, todo es muy así, muy rural. Pero rural bonito.
Con la chimenea crujiendo y el
sol entrando por las ventanas, M y yo nos dispusimos a disfrutar de una comida
excelente:
Jamón serrano y queso, no pueden
faltar.
Con unos pequeños trocitos de
carne de membrillo y un poco de cabello de ángel en una esquina del plato, para ir montando canapés pequeñitos en el plato!
Con tomates cherry ( que aunque
nunca me los coma, me encanta lo bonito que convierten cualquier plato, huevas
de caviar y pimientos asados. ¡ Especial y espectacular!
¿Y qué más…?
Migas.
Ese plato que en Canarias no
teníamos, ni tendrán ahora tampoco supongo, y que es uno de mis maravillosos
descubrimientos culinarios tras mi mudanza aquí hace ya dos mil años. El clima
es lo que hace que estas cosas sean posibles o imposibles. Y al igual que echo
de menos ciertas comidas típicas y frutas que en Canarias hay por todas partes,
todos los cambios y mudanzas tienen su pequeño lado bueno, y aquí se llaman
migas.
Pan, agua, sal y panceta ibérica.
¡Y mucha maña para que se quede con esta consistencia!
Para el postre, M eligió natillas
con galletas María, de toda la vida.
Y yo opté por piña natural, por
aquello de no abandonar del todo mi filosofía y plan de vida saludable.
Una comida fantástica, un
estupendo día de sol, una compañía especial… fue un buena idea desenchufarnos
de casa! ¡Probad y me contáis!
El Almacén
Crta Vieja del Pedroso, km 0.5
Castilblanco de los Arroyos ( 41230) Sevilla
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