Hace un par décadas, había un
anuncio en televisión en el que aparecía un matrimonio paseando por una avenida
de Nueva York. La mujer estaba callada y solamente se escuchaba a su marido
decirle que desde que habían llegado cada día comían en un restaurante
diferente, que si un día un marroquí, otro día un chino, otro día un mejicano,
y que estaba deseando volver a casa para comerse un buen bocadillo de… y
entraba en escena un camión de Campofrío. Alguien se acuerda?
Aquel hombre sufrido, y con ardores
de estómago por las noches, contaba una verdad muy grande. La oferta
gastronómica en Nueva York es abismal, si tenemos en cuenta que realmente la
isla de Manhattan no tiene un perímetro especialmente gigante.

Restaurantes de postín en los que te puedes
pulir en una sola comida tu presupuesto para sobrevivir en la ciudad de los
rascacielos durante una semana entera, delis con buffet libre en los que llegas
a desesperar a los que esperan tras de ti en la cola porque lo quieres todo y no te decides por nada,
puestos callejeros de perritos calientes y pretzels y botellas de bebidas ultra
azucaradas, hamburguesas y HAMBURGUESAS que no es lo mismo… es tan infinito que
es difícil de contarlo a los amigos una vez vuelves a casa. Nueva York es, por
encima de todo, comida por todas partes. No importa en qué parte de la ciudad
estés en cada momento, habrá algo de comida muy cerca de ti. Comida
anunciándose por todas partes y comida lista para ser engullida en ese momento,
de ahí que ni sea fácil encontrar mesa si no has reservado ni que sea difícil
ver gente comiendo mientras va andando por la calle. Y lo tengo que decir, me
encanta el rollo ese de comer por la calle!
Entre libros que leía, blogs que
visitaba y películas que veía, pasé algunos meses preparando este viaje y
dejando bien atado donde íbamos a comer o cenar los días que estuviéramos allí.
Y os puedo asegurar que merecieron la pena los meses de intensa búsqueda:
Una de las muchas cosas de
quedarnos a dormir en la zona del SoHo fue descubrir que esta maravilla de
restaurante mejicano lo teníamos a sólo unas calles de distancia.
Sabía de su existencia a través
del blog The Londoner, al que soy súper
adicta!
Con aspecto de taller de reparaciones,
y con una furgoneta BMW vintage haciendo de barra, preparan los mejores tacos
que me he comido hasta ahora!
Lo saqué de un capítulo de Gossip
Girl! El restaurante ni siquiera aparecía en el capítulo como sí hicieron otros
muchos sitios de la ciudad, simplemente una de las protagonistas proponía ir a
comer musaka allí.
Igualmente alejado de Midtown y
de todo lo superturístico de Nueva York, Veselka prepara la auténtica comida
ukraniana. Es espectacular y por fín por fín pude probar los famosos pierogis!
Son una especie de
raviolis-tortellinis rellenos de queso, espinacas o carne o muchos otros
ingredientes que se sirven fritos o hervidos. Hervidos para mí por favor!!
Con ese nombre tan curioso que
mezcla comer e Italia formando un nuevo palabro se presenta este gastroespacio
en pleno centro de Manhattan, justo donde está en edificio Flatiron. M y yo lo
descubrimos en nuestro primer viaje y en cada visita le hemos hecho un hueco
para volver a recorrerlo.
En Eataly puedes ir a hacer la
compra, si el presupuesto lo permite o sentarte en cualquiera de sus mesas a
degustar exquisiteces. Nuestro rincón favorito era hasta ahora el corner del
queso, pero nuevo nos ha hecho cambiar de opinión…
Sí, un sitio donde zampar
Nutella! Nutella por todas partes!!!
Lo malo de empezar con el dulce
es que ya no puedes parar…
Recuerdo leer que la actriz Blake
Lively animaba a la reportera del Vanity Fair que había acudido a su set de
rodaje a que probara las galletitas de chocolate del catering, que eran
increíbles! Hechas por Mr. Chocolate, el mejor repostero del mundo. La pobre
reportera no fue lo suficientemente rápida y el marido de Blake, Ryan Reynolds,
llegaba por detrás y se llevaba la bandeja entera…
Y yo que pensaba que habiendo
estado en Brujas y en Zurich ya había comido y comprado el mejor chocolate del
mundo, y resultó que no. Que había por ahí un tal Sr. Chocolate que estaba
considerado el mejor maestro chocolatero!
Y he de reconocer, que aquel
sándwich de galletas con pepitas de chocolate y relleno de helado de chocolate,
era realmente de otro mundo!
Las veces que no hemos tenido ni ganas
ni tiempo de sentarnos a la mesa en Nueva York, hemos estado aquí, en lo que M
y yo llamamos el mejor supermercado del mundo.
Un supermercado de comida
orgánica, con música agradable, personal especialmente feliz atendiéndote, y
con un surtido gigantesco de comida ya preparada y lista para que te la sirvas
tú mismo a tu gusto y te la comas allí, o te la lleves a casa, o al parque…
Hay un Whole Foods justo en una
de las esquinas de Central Park, lo que lo convierte en el lugar genial y
perfecto en el que comprar la comida para luego subir al parque a hacer el
picnic!
Comer es un placer, como me diría
mi compañera de oficina. Y en Nueva York sería como el equivalente de un placer multiplicado por un
millón. Y aún no nos aproximamos.